El enfrentamiento entre Antonio Conte y Lautaro Martínez volvió a encenderse durante el partido entre Napoli e Inter por la Serie A, dejando en evidencia una rivalidad que se arrastra desde su etapa conjunta en el club de Milán. En el minuto 62, una jugada polémica desató una serie de insultos y gestos que involucraron tanto al entrenador italiano como al delantero argentino, quienes no ocultaron su animadversión en pleno campo de juego.
El incidente se originó tras una falta cometida por un jugador del Nápoles sobre Denzel Dumfries. El futbolista neerlandés, tras despejar el balón en defensa, cayó al suelo y permaneció allí, manifestando dolor por el golpe recibido. Conte, ubicado cerca del banquillo y a escasa distancia de la acción, exigió de manera insistente que Dumfries se incorporara y no exagerara el contacto. Una vez reanudado el juego, el propio Dumfries se dirigió al entrenador rival para explicarle su versión de los hechos, lo que provocó una confrontación frente al banquillo napolitano. Los jugadores del Inter acudieron rápidamente en defensa de su compañero, intensificando la tensión en la zona técnica.
En ese contexto, Lautaro Martínez, capitán del Inter y exdirigido por Conte entre 2019 y 2021, intervino desde las inmediaciones del círculo central. Según medios italianos como La Gazzetta dello Sport y Corriere dello Sport, el argentino realizó un gesto inequívoco, cerrando la mano y señalándose los genitales, mientras sus labios parecían articular la palabra “cagón”, típico término despectivo muy utilizado en el fútbol argentino para calificar a alguien de cobarde. Este insulto, que ya había cobrado notoriedad en una recordada discusión entre Carlos Tevez y Massimiliano Allegri, fue dirigido directamente a su antiguo entrenador.
La reacción de Conte no se hizo esperar. El técnico del Napoli respondió con un insulto igualmente explícito hacia el capitán del Inter, lo que le valió la amonestación del árbitro Mariani. Según lo observado en el campo, Conte habría pronunciado la frase “¡Eres un imbécil!”, acompañando sus palabras con gestos de evidente enfado. Este intercambio de improperios puso de manifiesto la tensión latente entre ambos protagonistas, que no lograron contener sus emociones ante la mirada de los presentes.










